Soy el virus Herpes Simple I, enemigo de los labios sanos y primo hermano de Herpes Zoster, virus de la varicela, causante de la temida culebrilla.
Aunque la presentación asuste, no soy tan malvado como mi querido primo. Mis fechorías se reducen a unas pequeñas y antiestéticas molestias.
Soy el responsable del herpes labial. Esas ampollitas tan feas que salen de vez en cuando (o en el momento más inoportuno) en los labios. Pero antes de nada, una pequeña aclaración:
Soy un virus y a los virus no nos matan los antibióticos.
Como decía, soy un virus contagioso y la mayoría de los contagios se producen en la infancia. Aproximadamente el 90% de los adultos ya son portadores. Aunque no todos los portadores, lo padecerán, estaré presente en los principales nervios de la cara, esperando mi momento.
El herpes labial pasa por 6 fases:
- El primer síntoma. La sensación de hormigueo en el labio, en el punto donde aparecerá una ampolla. Esta fase puede durar unas horas o un par de días.
- Aparecen ampollas pequeñas o una grande, que se agrupan como en un racimo.
- La ampolla crecerá y se romperá y supurará un poco de líquido transparente.
- El líquido se seca y aparece una costra blanda.
- La herida va secando y la costra se reduce, hasta el siguiente paso.
- Cicatrización.
Este proceso puede durar entre 6 y 10 días, que es lo que tarda en cicatrizar la herida.
Turno de preguntas:
¿Cuál es el factor que desencadena mi furia en forma de herpes labial?
No hay uno solo. Influyen muchos aspectos, pero los más relevantes y habituales serían:
- Estrés físico o emocional.
- Rayos ultravioletas (UVA) o exposición continuada al sol sin protección.
- El invierno y el frío.
- Fiebre
- Inmunodepresión.
¿Cómo prevenirlo?
Lo más sencillo sería decir que llevar una vida sana y saludable es la mejor prevención, pero para ser más exactos:
- Reducir el estrés.
- Usar labiales con fotoprotección o que sean hidratantes de alta calidad, para evitar la sequedad de los labios.
- Disfrutar de un descanso reparador. Está demostrado que la falta de sueño afecta a las defensas, por lo que se es más vulnerable a las infecciones oportunistas.
- Alimentación sana y variada. En línea con lo anterior, una alimentación de baja calidad repercute en el sistema defensivo del cuerpo.
Te he dejado un bonito herpes. ¿Qué puedes hacer?
Lo principal es NO TOCAR ¿Por qué? Porque es más fácil que se extienda y aumente la superficie de los labios que se vea afectada. Mayor tamaño, más molestias.
- NO TOCAR. Insisto, las ampollas ya revientan por sí solas sin necesidad de apretarlas y hacerse daño.
- No compartir cubiertos o utensilios que hayan estado en contacto con la zona infectada.
- Usar de forma exclusiva toallas, vasos o botellas, hasta que haya desaparecido. Después lavar y enjuagar bien.
- Lavarse las manos cada vez que se haya estado en contacto con el herpes, por ejemplo para la aplicación del tratamiento.
- Los besos… reducir el contacto íntimo, también reduce la posibilidad de contagio.
¿Tratamiento? ¿Qué tratamiento?
Antes decía que soy un virus y que los antibióticos no me hacen ni cosquillas, pero existen los antivirales. Anti- virus. Más o menos como los del ordenador. Tratan de inutilizar nuestra capacidad dañina, evitando la replicación.
Además del tratamiento recomendado por tu médico, la vitamina E y el aceite de rosa mosqueta están indicados para hidratar y mantener sana la piel de los labios.
Las sales de cobre y zinc se emplean como cicatrizantes, bajo supervisión médica.
Sin embargo, el mejor tratamiento es la prevención. Evitar la aparición y el contagio como os decía antes, llevando una vida sana.
Pero por si acaso; en caso de duda… ya sabes donde acudir.
Mª Ángeles Herrera
Farmacéutica Adjunta.