Los piojos son parásitos que se adhieren al cuero cabelludo de las personas y más comúnmente en los niños debido a sus hábitos (compartir peines, diademas, gorros, o con el contacto directo de cabeza con cabeza).

Destacar que no vuelan ni saltan, aunque son muy contagiosos y molestos no suponen un riesgo para la salud.

Conociendo las distintas fases de la vida de un piojo podremos saber cómo combatirlo:

  • Liendre: Las liendres son los huevos de los piojos adultos. Son pequeñas motas blancas, visibles a simple vista, muy parecidas a la caspa, con la diferencia que las liendres no se quitan fácilmente. Depositan los huevos cerca de la base del cabello y tienen zonas preferentes: detrás de las orejas, en la coronilla y cerca de la nuca, debido a que en estas zonas hay más humedad y es más fácil que sobrevivan. Eclosionan en 7 o 10 días.

 

  • Ninfa: Es el piojo recién salido del huevo. Son como los piojos adultos pero más pequeños. Aún no se pueden reproducir y se alimentan de sangre que succionan de la cabeza donde habitan. Pasan a la siguiente fase en 8 – 12 días.

 

  • Piojo adulto: Tiene aproximadamente el tamaño de una semilla de sésamo, pero las hembras son más grandes que los machos. Tienen un color marrón. Son visibles a simple vista. Se reproducen y originan las liendres y tienen una esperanza de vida de unos 30 días.

 

Cortesía de Farmacia Amiga

 

La vida de un piojo es un continuo bucle pero podemos deshacernos de los piojos adultos y ocuparnos de quitar las liendres mechón por mechón para evitar que eclosionen.

Es recomendable revisar frecuentemente la cabeza de nuestros hijos, observar si tienen picor y tomar medidas cautelares:

QUÉ HACER SI DETECTAMOS PIOJOS EN LA FAMILIA
  1. Lo primero que debemos hacer es mantener la calma y acudir a la farmacia para comprar un pediculicida. Son los únicos productos seguros y eficaces para matar a los piojos.

Lavaremos la cabeza de la persona infestada siguiendo las indicaciones que del fabricante. En algunos casos se vende el pack de champú y loción.

A continuación, observaremos la cabeza en busca de algún piojo, y si está todo limpio, procederemos a quitar las liendres con la lendrera, que es un peine de púas específico para estos casos.

Se recomienda repetir el proceso entre una semana y quince días, para asegurarnos de eliminar cualquier huevo que pueda quedar.

  1. Avisar de la situación a lo más allegados para que las demás familias revisen la cabeza de sus hijos. No tiene que ser un tema tabú, puesto que así podremos estar alerta y los demás actuarán a tiempo.
  2. Lavar sábanas, toallas, peluches… con agua caliente, cualquier cosa que haya estado en contacto con la cabeza puede actuar de reservorio.

Si no hemos visto ningún piojo, pero tenemos la certeza de que en el entorno hay o simplemente queremos intentar evitar ese momento, podemos usar repelentes. Actualmente existe una amplia variedad en forma de spray muy fáciles y rápidos de usar antes de salir de casa.

También existen coleteros que liberan pediculicida, por si no queremos echar el producto directamente en la cabeza del niño.

Igualmente, debemos recordarles que no compartan objetos de aseo como cepillos y peines, o prendas que hayan podido estar en contacto con el pelo de otros niños.

Si tienes algún vecino indeseable en la familia, quieres prevenir o tienes alguna duda, en Farmacia Sendino estaremos encantados de ayudarte.

 

Sheyla Cuenca Ortega.

20 julio, 2018 No hay comentarios Sin categoría