Todas las épocas del año tienen su temática particular y, el otoño, lo podemos resumir en “Qué tiempo loco” y “Es época de setas”

Tanto lo uno como  lo otro, acaban siendo tema de conversación en la Farmacia y cada cual dará su versión más o menos “experta”. Sin embargo, en el tema de las setas, debemos ser precavidos, porque podemos llevarnos algún susto.

A los de mi generación seguro que les suena la frase “Ten cuidado si es que estás cogiendo setas, no sea que cometas una barbaridad” Ya nos lo avisaba David el gnomo, con su centenaria sabiduría, del cuidado que hay que tener con las setas, si no se está muy seguro de si es comestible o no.

Para alguien que no tiene experiencia o que no ha tenido a nadie que le enseñe, es muy difícil diferenciar una seta de otra (al menos a mí me lo parece). Más allá del consabido consejo de “Las casas de los pitufos no se comen”, en referencia a la Amaurita Muscaria (foto) y su toxicidad.

setas_

 

Lo mejor en estos casos es ir con un profesional o, conseguir una buena guía que nos permita identificarlas con total seguridad. Debemos contar con una descripción completa de su forma, sus colores y sus particularidades, porque en muchos casos, sólo se diferenciarán por pequeños detalles, como la forma del nacimiento del tronco.

Hemos acudido a la Asociación Madrileña de Micología y nos han dado estos consejos tan útiles para la recogida de setas:

  • Si no lo conoces no lo cojas
  • No emplees bolsas de plástico para recolectar las setas. Se ensuciarán y fermentarán. Lo ideal es la clásica cesta.
  • No recolectes ni consumas setas que estén cerca de centrales nucleares, carreteras, en jardines públicos, próximas a minas, fundiciones, incineradoras, aeropuertos, etc. El contenido de metales pesados (plomo, mercurio y cadmio) aumenta en estas circunstancias.
  • No patees ni destruyas las setas que desconozcas.
  • No utilices rastrillos para recolectar níscalos. Es una salvajada ecológica.
  • No recolectes más de lo que vayas a comer.
  • No hagas caso a los métodos de la cucharita de plata, el ajo, el vinagre, la cocción prolongada, etc. Son absolutamente falsos. La única forma de saber si una seta es comestible o no, es conocerla perfectamente.
  • Comprueba en casa uno por uno todos los ejemplares y tira los trozos sueltos. No sabemos a qué especie pertenecen.
  • No busques “conejillos de Indias”. Si no estás seguro de su toxicidad, no lo pruebes.

En caso de que exista la más mínima duda de intoxicación, hay que acudir al Servicio de Urgencias de un Hospital con los restos de las setas que se hayan comido.

Importante: Si los síntomas aparecen 6 horas después de la ingesta de setas, no se debe dudar ni esperar, porque puede que la toxina esté mostrando sus efectos y cuanto más se tarde más peligro se corre.

¿Qué hacer para evitar que se intoxique la familia al completo?

Supongamos, que entra en casa una especie nueva, que no conocemos, porque nos la han recomendado, regalado o encontrado y, nos ha parecido comestible.

Por seguridad, sólo ha de probarlas un miembro de la familia. Probarlas, es decir 3 o 4 unidades. El resto, han de guardarse en el frigorífico, en la zona de las verduras, envueltas en papel de periódico o aluminio (para que no fermenten).

Si 3 días después no hay síntomas que hagan sospechar una intoxicación, el resto podrá disfrutarlas. Fundamental esperar 72 horas. Nunca al día siguiente o “en un rato “.

Si después de leer este pequeño artículo, empiezas a creer que todas las setas y hongos son venenosos o un peligro para tu salud, sólo puedo decirte que te equivocas. Son unos productos muy útiles para nuestro organismo, pero eso, is me lo permitís, os lo cuento en otro rato.

Un abrazo !!

 

Mónica Muñoz

Técnico de farmacia, dietista y especialista en técnicas ortopédicas

 

27 octubre, 2016 No hay comentarios Sin categoría