“El final del verano llegó y tú partirás…” El Dúo Dinámico lo cantaban desde el punto de vista del amor, pero lo que está claro, es que el final del verano pasa factura.

El síndrome postvacacional acecha cada año a la vuelta de las vacaciones y, cada año, va obteniendo más visibilidad.

“En mis tiempos eso no pasaba” “A nadie le apetece volver a trabajar” “De vacaciones se está muy bien” “Ahora todo es un síndrome o una enfermedad” …son algunos de los comentarios que aparecen en la conversación síndrome postvacacional. Pero ¿es así?

La Historia, da la razón a unos y otros. Hace unos años, prácticamente era un problema casi desconocido. Lo que no significa que no hubiera pacientes, lo que nos lleva a la siguiente pregunta: ¿no existía o no se diagnosticaba?  ¿Estamos ante un problema de salud generado por el estilo de vida actual? ¿Puede ser?

Algunos profesionales lo afirman y lo definen como enfermedad, ya que afecta a nuestro bienestar. Otros, lo clasifican como un estado transitorio, cuya duración depende de la disposición del sujeto para readaptarse y no lo catalogan como enfermedad.

¿Qué es el síndrome postvacacional? ¿Cómo se manifiesta? ¿Cuánto dura?

Se puede definir, como el conjunto de molestias físicas y/o psicológicas que acompañan a un individuo durante su reincorporación a la rutina, tras el período vacacional.

Los síntomas son muchos y variados; sensación de apatía, desánimo, irritabilidad, dificultad para relacionarse con los demás, nerviosismo o falta de motivación son algunos de las dolencias a nivel psicológico que presentan quienes lo sufren. Pero también existen a nivel físico: falta de apetito, escasa concentración o constante sensación de somnolencia.

La intensidad de los síntomas, puede llevar a prolongar la situación, ya que la persona se siente “descolocada” e incapaz de rendir en el trabajo, con lo que aumentan las tensiones y puede provocar inseguridad e inquietud en quien lo sufre.

La duración depende de la persona, pero puede durar unos 10- 15 días. Debemos tener en cuenta que no le pasa a todo el mundo, pero que sí hay situaciones que predisponen a este problema:

  • Vacaciones muy largas, agotadoras o en las que no se ha podido descansar.
  • Falta de motivación laboral. Situación de descontento.
  • Acoso escolar. (niños para los que volver al cole es una pesadilla)
  • Personas impacientes.

Ya sabemos que no siempre podemos manejar y controlar todos los aspectos de nuestro entorno, pero sí podemos prevenir el síndrome postvacacional.

 Aquí os dejamos algunos consejos:

  • Volver a casa unos días antes. Es mejor volver un par de días antes del final de vacaciones e ir retomando las rutinas de manera progresiva.
  • Volver entre semana al trabajo. La semana se hará más corta y, se aceptará mejor la vuelta al trabajo.
  • No querer hacerlo todo el primer día. Dedica un tiempo a analizar qué tareas tienes que hacer. Prioriza. Empieza por trabajos sencillos. Haz un planning para la primera semana hasta que vuelvas a coger el ritmo.
  • Disfruta del tiempo libre: El final de las vacaciones no es el fin de la diversión y el ocio. Piensa en cómo pasar tus ratos libres haciendo actividades que te gusten, de esa forma desconectarás del trabajo y evitarás pensar en los “largos meses hasta las siguientes vacaciones”.
  • Márcate retos en el trabajo: Esto hará que vayas más motivado y la jornada sea más llevadera.

Si con todo, aún se hace cuesta arriba, una visita a la Farmacia, puede ayudar. porque hay determinados suplementos vitamínicos que os podemos recomendar, según las necesidades individuales, como por ejemplo los suplementos de triptófano o los que contienen jalea real.

Os recordamos que estamos aquí para resolver vuestras dudas personalmente o a través de las redes sociales en facebook (Farmacia Sendino) y en Twitter @farmaciasendino.

 

Mónica Muñoz

Técnico de farmacia, dietista y especialista en técnicas ortopédicas

1 septiembre, 2016 No hay comentarios Psicología, Salud, Sin categoría